viernes, 1 de octubre de 2021

Benedetta * * * *

 


La hermana Benedetta: ¿santa o blasfema?

El otro día mi intención era ver “Maixabel” pero como no se pudo proyectar en el cine, me llevé una grata sorpresa al tener la oportunidad de ver  un film esperado, “Benedetta”, antes de su estreno en salas españolas. En Italia en el siglo XVII, Benedetta Carlini llega de niña al convento de Pescia, en la Toscana, y asegura ser capaz de hacer milagros desde que era joven.... Se trata de la adaptación de la novela "Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy (Studies in the History of Sexuality)" de Judith C. Brown, que gira en torno a la sexualidad en un convento y la homosexualidad de una de sus monjas, que desde joven comenzó a tener visiones sin conocer el motivo.

Después de la excelente “Elle” en que una mujer disfrutaba de una violación, Paul Verhoeven, a sus 83 años, en estos tiempos de corrección política ha dirigido una película de época provocadora, irreverente e irresistible que desde el principio el espectador intuye que no es una obra convencional o académica. Esta coproducción francesa es un notable thriller dramático sobre la religión, hace una crítica al poder de la Iglesia y el placer carnal del erotismo lésbico. En este sentido y en general, es una película explícita, el cine de Verhoeven nunca ha destacado por su sutilidad, pero durante el metraje resulta moralmente ambigua sobre el comportamiento de la protagonista. Hace pensar al espectador en el papel de la mujer en aquella época en que si no era rica o pertenecía a una familia aristocrática, tenía pocas opciones: o meterse a monja o ser prostituta. Como es habitual en su filmografía, aparte de los toques de humor irónico, el cineasta pone en el centro del relato a un personaje femenino potente, interpretado por una entregada sobre todo en cuerpo Virginie Efira (a la que vi hace unos días en “Adiós, idiotas”) que tiene momentos de espiritualidad, arrebatos y furia. La actriz belga está bien acompañada por la joven Daphne Patakia (vista en la serie “Versailles” y en el film “Djam”) como la joven monja Bartolomea, una destacada Charlotte Rampling como la madre abadesa y Lambert Wilson como el nuncio Alfonso Giglioli. Hay que señalar la lograda ambientación si contar con un gran presupuesto, el buen ritmo durante las más de dos horas de metraje y la fotografía en especial de vistas generales y en las grotescas visiones. Además, el contexto de la enfermedad de la peste que asola la zona, inevitablemente nos puede hacer pensar en la pandemia del virus actual.

Quizás el film no llega a la altura de “Elle” pero es una propuesta atrevida que tras su paso por la sección oficial del festival de Cannes donde tardó un año en presentarse, en la sección Perlas del festival de San Sebastián y con ciefrta polémica en el festival de Nueva York, ojalá sea reconocida en la temporada de premios.

Valoración: 8’5

Lo mejor: la desfachatez en la dirección de Verhoeven y las actuaciones de las actrices principales.

Lo peor: que no guste  al público mayor y católico.

 


Después del visionado, se puede interpretar que desde el principio Benedetta ha tenido visiones y experiencias insólitas en su fe pero en la edad adulta es lista y se da cuenta que estos dones en su creencia le pueden otorgar poder en la abadía, descubre el placer sexual lésbico y se deja llevar en su buena posición. Después, es posible que  la protagonista se haga la muerta para luego volver a la vida gracias a Jesús. Cuando se descubre su relación pecaminosa con Bartolomea, antes de ser quemada, el nuncio le dice que es embustera hasta el final. Sin embargo, la mujer deja a la chica para volver a su casa donde podrá permanecer hasta su muerte.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario