miércoles, 14 de septiembre de 2016

Blood father * * *

Uno de los estrenos estadounidenses de esta semana es esta película dirigida por Jean-François Richet. Lydia es una adolescente acusada de haber robado una fortuna a un cartel, pero realmente es una trampa pergeñada por su novio traficante. La chica debe escapar con el único aliado que tiene: su parte John Linl, un fracasado antiguo motero rebelde y ex presidiario, que se ve obligado a relacionarse de nuevo con un pasado del que huía para salvarla a ella. Con este film, el director francés demuestra otra vez que es hábil en el thriller, como en los anteriores "Asalto al distrito 13" y "Mesrine (por el que Vincent Cassel ganó el César), más que su incursión en la comedia con "Una semana en Córcega" del año pasado. Este es un aceptable ejercicio de cine negro parecido a la serie B, muy entretenido, con un montaje ágil, así que el ritmo furioso hace que el espectador tenga poco margen para pensar que el guión tiene clichés y no es muy original. El gran reclamo de la cinta es la actuación de Mel Gibson, de nuevo cómodo en un papel de producción no muy grande como en "Vacaciones en el infierno". Está bien acompañado por Elisabeth Röhm, William H. Macy (actor al que me gustaría ver más en papeles destacados en el cine) y Diego Luna. Esta propuesta simplemente ofrece lo que promete y gustará a los seguidores de este tipo de thrillers de acción con envoltorio sólido y de Mel Gibson. 


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