Casi un año después de su presentación
fuera de concurso en el festival de San Sebastián, se estrena en
salas la última película del director vasco Imanol Uribe. El
estreno tardío de este filme no era una buena señal, ya que en su
paso por el festival donostiarra no fue bien recibido por lo general.
La historia es la siguiente: Santi sale de la cárcel y viaja al sur
para visitar a Emilio, un antiguo compañero de celda que está
enfermo. La casualidad hace que se cruce con Marina, la médico que
atiende a su amigo. Santi y ella tuvieron hace años un encuentro
terrible que marcó la vida de ambos. El reencuentro les hace
enfrentarse al pasado. El filme es un melodrama con transfondo
político, ya que cuenta la relación entre un ex-etarra y la hija
del militar asesinado por el primero. Hace años el director demostró
en filmes notables que sabía contar historias de personajes con con
un contexto, como en "La muerte de Mikel" y "Días
contados". Pero parece que su habilidad se ha visto mermada en
una película que cuenta una historia en cierto modo arriesgada y que
intenta ser intrigante, con un estilo sereno, pero el argumento es
forzado en algunos momentos. De entrada, es difícil que sea
verosímil la historia entre la pareja protagonista, a los que Eduard
Fernández y Elena Anaya interpretan con su capacidad dramática
habitual, la trama no queda bien atada y el tramo final cae en la
falta de credibilidad. Esperemos que Uribe vuelva a hacer una buena
película, lo mejor de ésta es la labor de los actores principales,
acompañados por José Luis García Sánchez, Ignacio Mateos y Susi
Sánchez.
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