Uno de los estrenos más comerciales de
la semana es la esperada para algunos tercera entrega de la historia
de Bridget Jones, que también está dirigida por Sharon Maguire.
Después de romper con Mark Darcy, Bridget, de cuarenta años y
soltera otra vez, decide centrarse en su trabajo y rodearse de sus
amigos. Parece que la mujer lo tiene todo bajo control, pero su vida
amorosa toma un nuevo camino cuando conoce a un elegante
estadounidense llamado Jack, un galán que tiene lo que no tiene
Darcy. Ella descubre que está embarazada pero no sabe bien quién es
el padre. Con Emma Thompson partipando en el guión, esta es una
aceptable comedia romántica con el clásico triángulo amoroso y
algunos buenos diálogos. Alejada unos años del cine, Renée
Zellweger regresa a su papel más conocido y, a pesar de sus mohínes
y del cambio en su rostro, que no le ha beneficiado, demuestra de
nuevo sus dotes cómicos. Sin el actor Hugh Grant de las anteriores
entregas, algo que agradezco porque me parecía un poco pesado mcuhas
veces en el mismo tipo de películas, la actriz está acompañada de
nuevo por Colin Firth y Patrick Dempsey, que intenta destacar en el
cine tras su papel en la serie "Anatomía de Grey". Los
secundarios sobresalen más que los actores masculinos principales:
Gemma Jones, Emma Thompson y Sarah Solemani. El filme gustará sobre
todo a las seguidoras de este tipo de género y de Bridget Jones, ya
que algunas mujeres se han podido sentir identificadas con el
personaje y resulta ser un poco mejor que la segunda entrega, pero no
llega a lo que supuso l"El diario de Bridget Jones". En
este sentido, es una buena ocasión ver la primera entrega sobre
todo, y después este estreno.
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