A
finales de mayo se estrenó con discreción en España el debut en el
largometraje de Sarah Hirtt. Ambientada
en España, la película narra la relación entre tres hermanos, a
punto de desmoronarse. Uno de ellos viaja desde Bélgica al otro lado
de los Pirineos, para resolver el futuro de una herencia. El
reencuentro despertará los fantasmas del pasado y enfrentará sus
diferentes visiones del mundo: Gustave, un transportista al borde de
la bancarrota, Jules el anarquista militante y Lou, la más joven,
perdida entre sus hermanos. Esta coproducción belga, con parte de
producción española es un drama en doble vertiente: por un lado, la
historia familiar con una herencia de por medio y, por el otro,
intenta reflejar una sociedad que vive al margen del capitalismo, con
asambleas de okupas, a raíz del movimiento social a causa de la
crisis económica y el 15M. El film intenta evitar los clichés con
un tono naturalista no muy logrado. Cuenta con un elenco de actores
ecléctico en que por parte española está una destacada María
León, Bruna Cusí (ambas ganadoras del premio Goya revelación),
Sergi López y Fermí Reixach, entre otros.
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