El coleccionista de arte
Hay
que destacar este film de animación de Milorad Krstic en su debut en
el largometraje. El
psicoterapeuta Ruben Brandt sufre pesadillas violentas inspiradas en
trece obras de arte famosas, como "Retrato del cartero Joseph
Roulin", de Van Gogh, la "Venus of Urbino, de Tiziano, o
"Mujer con libro", de Picasso. Cuatro de sus pacientes, que
son ladrones expertos, se ofrecen para robar todas esas obras
maestras, ya que creen que una vez que las posea desaparecerán las
pesadillas. Brandt acepta el plan y ellos se cuelan en museos y
galerías de arte de todo el mundo. Brandt se convierte en "el
coleccionista”, uno de los delincuentes más buscados. Gangsters y
cazarrecompensas le buscan para ganar los cien millones de dólares
que se pagan por su captura. Al mismo tiempo, un grupo de compañías
de seguros contrata a Mike Kowalski, un detective privado y experto
en robos de arte, para resolver el caso. Se trata de un thriller con
toques de cine negro que homenajea el arte, está realizada con un
estilo en la animación surrealista y dadaísta que cohesiona una
propuesta que combina varios géneros y guiños cinéfilos, y,
addemás, tiene un ritmo ágil. Esta película húngara obtuvo los
premios a mejor guion y ópera prima en el festival de cine europeo
de Sevilla del año pasado, fue nominado a mejor largometraje de
animación por los Satellite awards y la Asociación de críticos de
Chicago y fue candidata a mejor película independiente y montaje en
los premios Annie. Así pues, estamos ante una joya singular e
inclasificable de la animación más reciente.
Valoración:
7'5
Lo
mejor: el estilo curioso de la animación.
Lo
peor: en algún momento el espectador se puede perder en el guion.
La
película empieza desde un vagón de tren con un sueño de Ruben
Brandt. Hacia el final, uno espera que se reencuentre el protagonista
y su hermanastro pero no ocurre. El film acaba como empezó en un
tren y uno se pregunta si todo ha sido un sueño del psicoterapeuta.
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