Chad
Stahelski, codirector de “John Wick (Otro día para matar) y
director de “John Wick: pacto de sangre” ha vuelto a la carga con
este film estadounidense en que John
Wick regresa a la acción, solo que esta vez con una recompensa de
catorce millones de dólares sobre su cabeza y con un ejército de
mercenarios intentando darle caza. Tras asesinar a uno de los
miembros del gremio de asesinos al que pertenecía, Wick es expulsado
de la organización, pasando a convertirse en el centro de atención
de multitud de asesinos a sueldo que esperan detrás de cada esquina
para tratar de deshacerse de él. La tercera entrega de la saga es
más brutal, tiene escenas de acción muy bien rodadas, coreografías
creativas y un tratamiento de la luz y el color destacado. Además,
se trata el aspecto personal de la vida de John Wick, de nuevo a
cargo de un Keanu Reeves cuyo éxito con este personaje ha sido un
revulsivo en su carrera. Está acompañado por las oscarizadas Halle
Berry y Anjelica Huston, Ian McShane y Laurence Fishburne. Aunque no
me entusiasma este tipo de propuestas, esta saga sí me resulta
atractiva y podemos decir que esta es quizás la mejor película de
una de las mejores sagas de acción que hay en la actualidad.
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