El fin de semana pasado hubo varios estrenos en la cartelera. Uno de ellos es el debut en el cine de Jacobo Martínez. Tras una sesión de espiritismo, Laura Villegas comienza a comportarse de manera extraña. Alarmados por el siniestro comportamiento de su hija y convencidos de que el demonio la ha poseído, sus padres acuden al Padre Olmedo, uno de los quince exorcistas autorizados por el Vaticano para intervenir en casos de posesiones demoníacas. A partir de ahí una serie de fenómenos extraños comenzarán a envolver a los protagonistas de la historia. Este es un pasable thriller de exorcismo basado en hechos reales que está bien ambientado pero no aporta nada destacable dentro del grupo de films de este tipo y la sombra de “El exorcista” es alargada. Además, quizás no haya sido una buena decisión acercarse al terreno fantástico en vez del realista. Cuenta con un vistoso reparto de actores formado por María Romanillos como Laura en un papel muy físico, José Sacristán como el sacerdote exorcista, Ruth Díaz, Urko Olazábal y la participación de Cristina Castaño.
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