Este es el debut en el largometraje escrito y dirigido por Philippe Gregoire. Alexandre, el instructor de armas de fuego de la escuela de aduanas de Canadá, regresa a su pueblo natal tras ser expulsado del trabajo por su conducta compulsiva sexual. A su regreso conocerá a una piloto de carreras islandesa y la policía lo investigará para descubrir el origen de unos dibujos sexualmente explícitos que perturban la paz del pueblo. Esta propuesta canadiense tiene un toque noir, resulta atractiva, enérgica, no hay que tomársela muy en serio aunque un poco irregular. El film se pudo ver el año pasado en el festival de San Sebastián.
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