Tras “Pinocho” el veterano cineasta Robert Zemeckis ha coescrito y dirigido este largometraje a partir de una novela gráfica. Varias familias de diferentes generaciones vistas en una única habitación del hogar que formaron. Una historia de amor, pérdida, risas y vida, desde un pasado muy remoto hasta un futuro próximo. Un viaje a lo largo de cientos de miles de años que transcurre, de principio a fin, en un solo lugar: aquí. Zemeckis ha experimentado con el lenguaje cinematográfico a lo largo de su filmografía en títulos como “Polar express” y ahora el que nos ocupa. La película estadounidense es un interesante drama familiar que cuenta un relato con un sólo encuadre la mayor parte del metraje, un solo escenario aunque haya algunos momentos fuera de él y utiliza el dispositivo de multipantallas. El salto escénico se acaba volviendo un recurso redundante y al intentar hacer la película más accesible y lineal, esta se vuelve predecible y se aleja de su esencia experimental si bien Zemeckis no teme al ridículo y la historia intenta ser emotiva. La cinta está protagonizada por Tom Hanks y Robin Wright (supone su reencuentro con el director treinta años después de la oscarizada “Forrest Gump”) y su rejuvenecimiento facial es un poco discutible mediante IA. El reparto incluye a Paul Bettany, Kelly Reilly y Michelle Dockerty y cabe señalar la bella banda sonora compuesta Alan Silvestri.
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