En la cartelera se estrenaron varios títulos en español como el estimable documental venezolano “Niños de Las Brisas”. El que nos ocupa es el debut codirigido por Clara Serrano (coguionista) y Gerard Simó. La vida de Bruno (de dieciocho años) se ve cada vez más limitada por la creciente dependencia de su abuela Natividad (de ochenta y seis), la única familia que el joven ha conocido. Cuando surge la oportunidad de llevarla a una residencia geriátrica, ambos tendrán que lidiar con una decisión que no se habían permitido formular. La película catalana es un modesto drama sobre las precariedades que sufren dos personajes de generaciones alejadas que desprende verdad y ternura, algo sorprendente tratándose de un trabajo universitario. El film estuvo en la sección Enfants terribles del último festival de Gijón y ha sido nominado al premio Gaudí a mejor dirección novel.
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