Andrés
Wood cuenta en su filmografía con títulos como “El desquite”,
“Machuca”, “La buena vida” (ganador del premio Goya) y
“Violeta se fue a los cielos” su anterior film. En el que nos
ocupa, en Chile, a inicios de los años setenta, Inés, Justo y
Gerardo son tres veinteañeros que forman parte de un violento grupo
de extrema derecha, y nacionalista, que quiere derrocar al gobierno
de Salvador Allende. En el fragor de esta lucha se ven envueltos en
un arriesgado y apasionado triángulo amoroso y cometen un crimen
político que los separa para siempre. Cuarenta años después,
Gerardo reaparece. No sólo la venganza lo inspira, sino también su
obsesión de hacer renacer su causa. Inés, hoy influyente
empresaria, hará lo que esté en sus manos para que Gerardo no
divulgue su pasado ni el de su marido, Justo. Esta coproducción
chilena y argentina es un interesante drama sobre los fantasmas del
pasado, la diferencia de clases y la podredumbre moral del presente
al que tal vez le falta más profundidad, está ambientada en dos
épocas diferentes (quizás la del pasado en los años setenta es más
atractiva) y tiene como referente el cine político de los año
setenta. Los personajes resultan incómodos, parece que el director
no muestre empatía hacia ellos y están bien interpretados, con
Mercedes Morán y María Valverde como Inés en su madurez y su
juventud, Marcelo Alonso (cortometraje “El constructor del faro”),
Felipe Armas (“Libertad”) y Pedro Fontaine (“Días de Cleo”).
El film se presentó en la sección oficial del festival de La Habana
y en la sección Horizontes latinos del festival de San Sebastián.
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