jueves, 7 de noviembre de 2019

Retrato de una mujer en llamas * * * * *





El mito de Orfeo y Eurídice

Casi dos meses después de su estreno en salas en España he podido ver en un cine la última película dirigida por Céline Sciamma. En la Francia del año 1770, Marianne, una pintora, recibe un encargo que consiste en realizar el retrato de boda de Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento y que tiene serias dudas respecto a su próximo matrimonio. Marianne tiene que retratarla sin su conocimiento, por lo que se dedica a mirarla de día y a pintar de noche. 
Este es un deslumbrante drama romántico francés de época que cuenta una bella historia de amor que pervive en la memoria a pesar de la distancia física en que tiene cabida la memoria, el arte, la obsesión y el el juego de espejos, ya que el personaje de la pintora podría ser el alter ego de la directora, ya que Sciamma es pareja en la vida real de la actriz que interpreta a Helóise. En anteriores trabajos, trató el tema de la identidad femenina, infantil en “Tomboy” y adolescente en “Girlhood”. Esta vez la cineasta ha querido retratar una historia de amor lésbica desde su mirada para que el espectador pueda tener el film como un referente, ya que no hay films anteriores desde esta perspectiva. La directora recurre al mito de Orfeo y Eurídice como referente en la historia sobre los momentos en que una se gira hacia la otra. La película tiene una realización preciosista, de contención emocional (aunque para algunos pueda resultar un poco fría), una puesta en escena sobria y luminosa y una destacada fotogtrafía a cargo de Claire Mathon. Esta es una propuesta de mujeres en que los personajes masculinos apenas aparecen y está muy bien interpretada por Noemi Merlant (“Un seductor a la francesa”) como Marianne, Adele Haenel (“La chica desconocida”) como Heloise, y cuenta con la participación de Valeria Golino (“Figlia mia”).
El film obtuvo el premio a mejor guion para Sciamma en el pasado festival de Cannes (un reconocimiento que podía haber sido mayor), está nominado al premio BIFA a mejor título internacional independiente, ganó el premio a mejor guion en los premios del cine europeo donde fue nominado a mejor dirección y actriz para las dos protagonistas, ha sido seleccionado como uno de los mejores títulos extranjeros por el National Board of Review y es candidata a mejor película europea en los los premios Goya y Gaudí. En definitiva, sin duda, estamos ante uno de los mejores títulos franceses del año y a nivel internacional y una de las mejores aproximaciones al amor entre dos mujeres del cine reciente junto con “La vida de Adèle” y “Carol”.

Valoración: 9

Lo mejor: la cuidada puesta en escena y la labor de las actrices principales.

Lo peor: antes del desenlace el ritmo es un poco lento. 

 

Después de su último abrazo, Marianne solamente vio a Heloise en dos ocasiones: una en un cuadro retratada con su hija, y otra en el anfiteatro donde asisten a un concierto de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi. Heloise no la vio pero se emociona al sentir la música ya que lleva en su interior a Marianne y el espectador recuerda que la pintora le explicó tocando el clavicordio qué se puede sentir al oír música.

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