Después de las dos anteriores entregas aceptables “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” y “Los crímenes de Grindelwald” David Yates ha vuelto a dirigir esta tercera entrega coescrita por J.K. Rowling. El profesor Albus Dumbledore sabe que el poderoso mago oscuro Gellert Grindelwald está haciendo planes para apoderarse del mundo mágico. Incapaz de detenerlo él solo, confía en el Magizoólogo Newt Scamander para dirigir un intrépido equipo de magos, brujas y un valiente panadero Muggle en una misión peligrosa, donde se encuentran con antiguos y nuevos animales y se enfrentan a una legión cada vez más numerosa de seguidores de Grindelwald. Hay mucho en juego así que nos preguntamos hasta cuándo podrá permanecer Dumbledore al margen. Esta coproducción británica fantástica y de aventuras que sigue más o menos en la línea precedente, tiene algunos momentos de acción y en general resulta entretenida pero el metraje se excede a las dos horas y se suman tramas secundarias. El film vuelve a contar con Jude Law como Dumbledore, Eddie Redmayne como Scamander, Ezra Miller y en menor medida Katherine Waterston, mientras que un solvente como siempre Mads Mikkelsen se encarga de encarnar al interesante personaje de Grindewald, en sustitución de Johnny Deep en la segunda entrega que a su vez sustituyó a Colin Farrell en la primera. Además, la cinta cumple en apartados técnicos como ambientación y efectos visuales. Así pues, la propuesta tiene algo de la magia de las dos primeras partes pero no llega al encanto de la saga Harry Potter y parece que ha sido recibida de manera dispar por la crítica y los espectadores. Aun así, si este estreno comercial sirve para llevar al público a los cines, bienvenido sea.
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