Este título es el escrito y dirigido por Dénes Nagy después de dos documentales. En la II Guerra Mundial, en la zona ocupada de la Unión Soviética, István Semetka es un sencillo granjero húngaro que sirve como subteniente en una unidad especial designada para la vigilancia de los grupos independientes. Cuando se dirigen a un pueblo remoto, su compañía cae bajo el fuego enemigo. Tras la muerte del comandante, Semetka se ve obligado a superar sus miedos, tomando el control de la unidad mientras es arrastrado hacia un caos que es incapaz de controlar. Esta coproducción húngara es un duro e intenso drama bélico sobre la invasión nazi en territorio bieloruso. Es una película sombría que puede recordar un poco a “La delgada línea roja” de Terrence Malick, el ritmo es lento, tiene una atmósfera lograda y opresiva y los personajes son interpretados con hieratismo. El film obtuvo el Oso de plata a mejor dirección en el festival de Berlín del año pasado y ganó el premio del cine europeo a mejor diseño de producción. Esta es una de esas propuestas más bien intelectuales para admirar como observador y no tanto para sentir emociones como participante.
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