Este es un largometraje en que Peter Solett vuelve al cine tras el aceptable “Freeheld, un amor incondicional”. Para Hunter y Kevin, dos adolescentes marginados, el camino a la gloria está claro: entregarse al metal, ganar la Batalla de Bandas y ser adorados como si fueran dioses. La película estadounidense es una agradable comedia dramática adolescente que está realizada con corrección y es una muestra de amor al heavy metal si bien un poco ligera. Los tres personajes principales no están muy desarrollados con profundidad aunque están bien interpretados. La propuesta puede gustar más a los seguidores de este estilo musical que a los de las comedias adolescentes y se puede ver desde principios de abril en Netflix.
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