El coguionista y director Roland Emmerich reincide en el cine de catástrofes con este largometraje que se ha estrenado en cines. Tras sufrir un extraño incidente en una misión de reconocimiento, los astronautas Jo Fowler y Brian Harper son relevados de sus puestos. Años después, una fuerza misteriosa golpea a la Luna fuera de su órbita y la envía en choque directo contra la Tierra a toda velocidad. Unas semanas antes del impacto con el mundo al borde de la aniquilación, la ejecutiva de la NASA y ex astronauta Fowler está convencida de tener la clave para salvar nuestro planeta. Pero solo el astronauta Harper y el teórico conspiranoico KC Houseman la creen y este los volverá a unir para intentar averiguar qué le sucede a la Luna y de paso salvar la Tierra. Estos héroes inverosímiles montarán una misión imposible al espacio, dejando atrás a todos sus seres queridos, para aterrizar en la superficie lunar e intentar salvar a la humanidad, enfrentándose a un misterio de proporciones cósmicas. Esta coproducción estadounidense de ciencia-ficción sale perdiendo si se compara con “No mires arriba”, aunque ofrece entretenimiento, se hace pesada, tiene clichés y lugares comunes y la acción tarda en arrancar. Además, la película es disparatada y no se toma en serio a sí misma. El film cuenta con un atractivo reparto formado por Halle Berry, Patrick Wilson, John Bradley (American Satan”), Charlie Plummer y Donald Sutherland. Así pues, estamos ante uno de los peores títulos de Emmerich.
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