También se ha estrenado en salas este título escrito y dirigido por Alberto Utrera, que dirigió cortometrajes como “Su rider”, la serie “Yrreal” y el documental “Impuros”. Lucía es detenida conduciendo el coche de su novio Héctor a 200 km/h, aturdida y ensangrentada. Compartía un fin de semana en la playa con él y con Elena, su mejor amiga. Ahora los dos están desaparecidos, y Lucía solo recuerda una “pequeña” discusión que terminó con una botella rota en la cabeza de Héctor, pero eso es todo. Esto complica la vida de Simón que prefiere considerarse a sí mismo un simple “perito judicial”. Cuando su socio Óliver, un abogado con problemas económicos a causa del juego, le encarga investigar a Lucía y las desapariciones, Simón no sabe que está a punto de llevar el peritaje a otro nivel. Obsesionado con las películas de cine negro de Bogart, Simón traspasará todos los límites al conocer a la sospechosa del asesinato que investiga. La película cuenta una historia de tres maneras: el mundo real que vemos como espectador, los recuerdos que tiene Lucía que plasma como las películas de 8 mm y las fantasías de Simón que se ven como películas de cine negro clásicas. Esta arriesgada propuesta combina el thriller con la comedia negra al más puro estilo de los hermanos Coen, tiene un buen ritmo, mantiene el interés, destaca la fotografía y tiene un reparto formado por Susana Abaitúa, Hugo Silva, Julián Villagrán y Rodrigo Poisón (“Que nadie duerma”). Así pues, esta es una grata sorpresa española que resulta divertida.
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